domingo, 15 de noviembre de 2015

Nueva temporada y nuevos proyectos

Hola a todos.
Espero que hayáis pasado un magnifico verano y la vuelta al trabajo o las clases no se os haya hecho muy cuesta arriba.
Por mi parte, en septiembre comencé los entrenamientos, y puse en marcha un proyecto que tenía pensado desde hacía tiempo y del cual tenía intención de hablaros en esta ocasión.

Antes de acabar la temporada de karate, los exámenes de cinturón y comenzar mis vacaciones, me puse en contacto con la directora del colegio Lope de Vega, en Elche, que fue el colegio donde estudié de niño, para proponerle un pequeño proyecto personal.
Hace mucho que llevo pensando en la posibilidad de poder dar clase de karate como profesor, una vez que llegara a cinturón negro.
Como podéis suponer, era algo que tenía que probar personalmente antes de lanzarme a la aventura de buscar trabajo en algún gimnasio, instituto o montarme yo mismo mi propio Dojo. No sabía si por mi ceguera esto me iba a ser posible. En clase con mis compañeros, ya he podido ayudar en alguna ocasión a alguien con algún kata o posición que no tuviese muy claro, o incluso corregir si hacían algo mal… Pero en realidad no es lo mismo, puesto que mis compañeros dan clase igual que yo y la situación no es la misma que enseñar algo desde cero y transmitir todos los matices desde un principio, a alguien que está comenzando.
Por este motivo, me propuse probar antes con una clase totalmente nueva, con alumnos que comenzaran desde cero.
Tras hablar con la directora de mi antiguo colegio y que le pareciese bien la idea, dejamos el tema en suspensión hasta septiembre, para poder ponernos de acuerdo con horarios, una vez que ellos tuviesen claro los suyos.
Mientras tanto, por mi parte, me puse en contacto con mi jefe en la once, para comentarle mi idea, por si ellos podían echarme una mano, sobretodo en cuanto a horarios de trabajo, o por si les interesaría el tema por las posibilidades que nos podía ofrecer.
Lamentablemente, parece que a la once no le interesa lo que yo pueda hacer con el karate, ni mi proyecto, y no obtuve ninguna ayuda por su parte.

Un poco desanimado, esperé a septiembre, para poder reunirme de nuevo con el personal docente del colegio, a ver si podíamos encontrar una solución que no perjudicase mi trabajo.
Con septiembre, llegó por fin la reunión que había estado esperando, y me reuní con Pepe Cascales, que es el profesor de educación física de los alumnos de la E.S.O del centro.
Para mi sorpresa y deleite, a diferencia de mi jefe en la once, se sintió muy interesado por mi proyecto y me dio multitud de opciones para poder llevarlo a cabo.
Tras conversar sobre lo que yo tenía pensado hacer, llegamos al acuerdo de cederme la última hora de los martes, en la que yo ya no estaba trabajando y que casualmente coincidía con que Pepe daba clase de ética a los alumnos de cuarto de E.S.O, para que pudiese dar mi clase durante el primer trimestre.

Desde el día 22 de septiembre, cada martes, estoy acudiendo al colegio de una y media del mediodía hasta las dos y media, para ser durante esa hora profesor de karate.
Han pasado ya algunas semanas desde que comencé con las clases, y aunque no he podido prestar a cada alumno la atención que me hubiera gustado… he de decir que son 28 alumnos,  para una clase de karate, esto es una barbaridad, estoy muy satisfecho de lo que están aprendiendo con el poco tiempo del que disponemos para aprender.
Al ser solo una hora a la semana, lo que he podido enseñarles es mínimo, pero la gran mayoría de ellos lo han aprendido con ilusión, y realmente eso es lo más importante a la hora de aprender.

Y con estas clases, yo he aprendido también que esto me encanta y que realmente con algo de tiempo y practica… y menos alumnos ;)
es algo que realmente puedo hacer aún con mi discapacidad.
Me gustaría pensar que es un nuevo horizonte que estoy abriendo para los que como yo, quieren hacer algo más, sin sentir el temor a lo que dicen que no se puede hacer por ser ciego o tener cualquier otro tipo de discapacidad.
Creo que éste es solo el primer paso. No es el definitivo, pero si que creo que es el más importante.
Me gusta pensar que esto no es más que el principio y que en un futuro no muy lejano, pueda tener mi propia clase de personas que disfruten del karate, y poder disfrutar al verlos aprender de todo lo que puedo enseñarles, pero sobretodo, quiero pensar que ha sido el primer golpe que derribará una más de las muchas barreras que hoy día tenemos los discapacitados, y que en breve podré decir con toda convicción, que sí se puede.

Para finalizar esta entrada, no quiero despedirme sin agradecer debidamente a Pepe Cascales y en general al colegio Lope de Vega, por la oportunidad que me han dado, cuando ni en la propia once se han molestado en tomar en serio mi petición.
Con esto, me han demostrado mas que nunca que si realmente se quiere, se puede. Y que incluso es posible modificar una mínima parte del horario lectivo de los alumnos para poner en practica un proyecto que espero que como yo, piensen que puede tener mucho futuro.
No podré agradecerles lo suficiente por la oportunidad que me han brindado. Espero poder devolverles con creces un día el favor, por que se lo merecen.
De momento, solo puedo decir:

Muchas gracias.


¡ossss!

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